En la mayoría de los casos, puedes deducir tus intereses. La cantidad que puedas deducir dependerá de la fecha del préstamo, del importe del préstamo y de cómo uses el importe del préstamo.
Tienes que cumplir algunas condiciones:
- El préstamo o la línea de crédito están garantizados (tienen el respaldo de una garantía para resguardar al prestamista) con tu vivienda principal o una segunda vivienda.
- La vivienda que se aporta como garantía del préstamo debe tener instalaciones para dormir, cocinar e ir al baño.
- El préstamo o la línea de crédito se deben usar para comprar, construir o mejorar sustancialmente tu vivienda. Este requerimiento se implementó en el año tributario 2018 y se extiende hasta el año 2025.
- Solo puedes deducir la porción del préstamo o de la línea de crédito que usaste para comprar, construir o mejorar sustancialmente la vivienda que se usa como garantía del préstamo o de la línea de crédito. Este requerimiento se implementó en el año tributario 2018 y se extiende hasta el año 2025. Si alguna vez usaste parte de este préstamo para pagar otra cosa que no era esta vivienda, no podrás deducir los intereses de esa cantidad del préstamo, incluso si la transacción no tuvo lugar este año.
- Para obtener la deducción completa, tu deuda hipotecaria no supere $1 millón ($500,000 si eres casado declarando por separado) si obtuviste tu préstamo entre el 13 de octubre de 1987 y el 15 de diciembre de 2017, o $750,000 ($375,000 si eres casado declarando por separado) si recibiste tu préstamo después del 15 de diciembre de 2017.
- Tú o alguien incluido en tu declaración de impuestos debe haber firmado el préstamo, ya sea como único firmante o con firma conjunta.
- Si alquilaste la vivienda, tienes que haberla usado más de 14 días durante el año tributario o el 10 % del número de días que la alquilaste (de ambos, el plazo que sea mayor).
El IRS (Servicio de Impuestos Internos) tiene más información acerca de cuánto puedes deducir, además de otros detalles pertinentes.
